Después de que Jack Kirby renunciara a Marvel en 1970, se antojaba imposible un regreso a la compañía que había cocreado en 1961, junto con Steve Ditko y Stan Lee. Más lo impensable ocurrió en 1975. El creador nacido bajo el nombre de Jacob Kurtzberg en 1917, tendría una última y muy productiva etapa de tres años en la editorial.
Jack Kirby fue imprescindible, tanto para Marvel, como para DC; lugares donde pasó el mayor parte de su tiempo como profesional, de 1940 a 1978.
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Cuando Kirby regresó a DC en 1970, se le hicieron promesas que no fueron cumplidas, como el experimentar con nuevos formatos de revistas y tener control total sobre sus historias. El de superhéroes era el género más popular en el comic (lo sigue siendo), pero había otros mercados por explorar. Kirby lo sabía, lo propuso y al final no le fue permitido explorar más allá del terreno conocido. Paradójicamente, fue en gran parte, gracias al neoyorkino que los superhéroes se pusieron de moda nuevamente.
Debido a las malas condiciones de trabajo, aunado a las envidias que daban como resultado la cancelación de sus títulos sin explicación alguna, provocó que Kirby ya no negociara una renovación en DC. Así que hubo un acercamiento con Stan Lee y Marvel, lugar al que le ofrecieron regresar, más o menos con las mismas condiciones que DC había propuesto.
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En marzo de 1975, durante una convención realizada por Marvel y en un panel donde se hablaba de Fantastic Four, Stan Lee presentó al público a Kirby con la gran noticia de su regreso. Se le contrató por tres años, con una producción de 13 páginas semanales terminadas: lápices y diálogos. Ya no haría mancuerna con Lee como al inicio de Marvel; también tendría libertad con los títulos que creara, siendo su propio editor.
Para ese tiempo, Kirby ya no pensaba sólo en términos de superhéroes, sino en una interesante mezcla con la ciencia ficción, con conceptos como Kamandi, OMAC y el Cuarto Mundo en DC. En Marvel haría lo mismo con 2001, Machine Man y The Eternals. El escritor, dibujante y editor tampoco gustaba de recrear viejas historias ni rivalidades, su mente creativa, progresiva, iba a la caza de nuevas ideas, personajes y retos. Simplemente, no podía dejar de crear.
Marvel -y los lectores- estaban interesados en ver a Kirby en conceptos familiares, por lo que aceptó escribir y dibujar Captain America, personaje que había cocreado con Joe Simon en 1940. Sin embargo, el Kirby de los años 70 era muy distinto al Kirby de los 40 o al de los 60. Sus ideas iban más allá de repetir las peleas de héroes contra villanos mes a mes, más accedió a las peticiones. También dedicó un tiempo al comic de Black Panther.
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La razón principal por la que Marvel deseaba tener a Kirby en Captain America, era la proximidad de la celebración del bicentenario de la fundación de los Estados Unidos (en julio de 1976), por lo que su ingreso en el #193, publicado el 14 de octubre de 1975, sería el inicio de una historia de varias partes que culminaría en el #200, cifra casi coincidente con la fecha a festejar. El número fue publicado un poco antes, el 11 de mayo de 1976, dos meses antes (el más cercano a la fecha, fue el #202 del 13 de julio).
Adicionalmente, Kirby escribió e ilustró un comic especial dentro de la serie Marvel Treasury Edition (de mayor tamaño y páginas) en el que Captain America haría un repaso por la historia de su país, mismo que fue publicado el 15 de junio de 1976 y que llevó por título Captain America’s Bicentennial Battles (Las batallas bicentenarias de Captain America).
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Dentro del título normal de Captain America, Kirby propuso una historia del #193 al #200. La ahora conocida como The Madbomb Saga (La bomba de la locura), aborda temas sociales sin sermones ni moralejas. La manipulación de las masas, el racismo y temáticas urbanas son reflejo tanto de lo que vivía la sociedad estadounidense, como una distracción de problemáticas recientes, tales como la derrota en Vietnam y el escándalo del Watergate, que ponían a prueba el patriotismo de su gente. Para buena fortuna, se aproximaba el evento ideal para retomar el camino: los 200 años de su fundación como nación.
Por alguna extraña circunstancia, algunos miembros del creciente staff de Marvel no aceptaban a Kirby y comenzaron a boicotearlo.
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Estos empleados, de los cuales se desconoce su identidad, buscaban las cartas negativas de los lectores y las publicaban cada número, generando una percepción muy negativa en torno a Kirby. Lo cierto es que debían estar agradecidos con él, pues era uno de los responsables de que tuvieran un lugar de trabajo. Incluso existe la posibilidad de que muchas misivas fueran inventadas por ellos mismo.
La sección de cartas se llenó de comentarios negativos y ofensivos hacia las historias publicadas. Los “misteriosos editores” crearon una controversia falsa entre dos bandos, los que estaban a favor y los que estaban en contra de Kirby. La situación empeoraba mes con mes; la mala percepción generada por los empleados detractores tenía la intención de arruinar la carrera del creativo quien, eventualmente fue removido del título.
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Cansado de la situación y con impotencia de poder hacer algo, pues Kirby vivía al otro extremo del país, su último número fue el #214, del 12 de julio de 1977. Poco antes de salir creó uno de los enemigos más conocidos de Captain America, el genetista Arnim Zola (que incluso vimos en su versión de cine, interpretado por el gran Toby Jones). Kirby aceptó incluir algunos enemigos conocidos (y cocreados por él), como Red Skull y Magneto (enemigo de los X-Men) en su temporada del Cap.
Poco después de salir de Captain America, otro título de Kirby fue cancelado, The Eternals, con su número 19. Por otro lado, su última intervención en Black Panther fue en el #12 (del 15 de agosto de 1978).
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Jack Kirby también generaba por sí solo los que serían sus últimos títulos para Marvel, finalizados ambos con el número 9: Devil Dinosaur (terminó el 19 de septiembre de 1978) y Machine Man (publicado el 26 de septiembre de ese año).
Desencantado de la industria que ayudó a establecer, Kirby regresó al mundo de la animación, donde había iniciado en 1935; esta vez, trabajando para Hanna-Barbera, donde colaboraba con el desarrollo de conceptos como Thundarr the Barbarian e incluso para la animación The New Fantastic Four de 1978 (de la compañía DePatie–Freleng), además de proponer más de 200 ideas. Como dato adicional, el último personaje cocreado por la dupla de Lee/ Kirby, fue el robot H.E.R.B.I.E. para New Fantastic Four.
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La carrera en comics para Kirby culminó con una última temporada en DC, donde decidieron agradecer su contribución a la industria. Se le permitió dar cierre a su saga de The Fourth World (El Cuarto Mundo) por medio de un especial (The Hunger Dogs). Además, se le asignaron dos miniseries tituladas Super Powers (en 1984 y 1985), que le darían grandes ganancias por cuestión de regalías al estar ancladas al lanzamiento de una línea de figuras de acción de mismo nombre. También se incorporó a Darkseid como enemigo en esta serie; desde entonces, el villano es uno de los más importantes de la editorial.
Posteriormente, Kirby tuvo cortas temporadas para algunas compañías pequeñas emergentes, donde se le ofreció un contracto atractivo en el que mantendría la mayoría de los derechos de sus creaciones, condiciones nunca antes gozadas por él.
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Sus últimos comics fueron para Eclipse (Destroyer Duck de 1982), Pacific (Captain Victory y Silver Star de noviembre de 1981 a enero de 1984) e Image Comics (Phantom Force, 1993).
Jack Kirby murió a los 76 años, el 4 de febrero de 1994. Hoy lo recordamos por los 45 años de la publicación de Captain America #200.
