Sin que fuera la intención, la versión animada de Cinderella de Disney ayudó a la compañía a salir de los problemas económicos. También fue la segunda “princesa de Disney” en hacer su aparición después de Blancanieves en 1937. Esto, muchos años antes de que existiera el concepto como tal.
La Cenicienta, basada en la historia de Charles Perrault, se estrenó en Estados Unidos el 4 de marzo de 1950 y en 2020 cumple 70 años (a México llegó el año siguiente).
Después de la Segunda Guerra Mundial, la reconstrucción económica de varias compañías estadounidenses continuaba a paso lento. La industria automovilística había sufrido una caída para reponerse con mucha dificultad. Detroit pasaría a ser, de la capital del automóvil, a una ciudad más. El cine se encontraba en condiciones similares. Disney había tenido varios golpes en taquilla con películas que, si bien recaudarían millones de dólares posteriormente, en su momento generaron deuda a la productora. Esta mala racha cambió para bien en 1950 con la llegada de Cinderella.
La historia está basada parcialmente en la versión de Perrault, quien a su vez creó su versión con base en historias antiguas y la convirtió en un cuento para niños. En 1697, el escritor dio a conocer Cendrillon ou la petite pantoufle de verre (Cenicienta y la zapatilla de cristal). Sus principales aportaciones a la historia y que la convirtió en la “versión definitiva”, fueron las zapatillas de cristal (parte del título), el hada madrina y el carruaje en forma de calabaza.
La décimo segunda película animada de Disney tuvo el acierto de incluir temas musicales, que también se convertirían en característica de sus películas más exitosas. Incluso se comercializó un disco de 4 canciones. En México, esta práctica de comercialización musical se adoptaría e incluso se harían discos con las narraciones de los filmes.
Un acertado movimiento que le permitió acceso a distintas generaciones fue el recurrente reestreno en los cines de varios países, sobre todo antes de la llegada de la videocasetera, el canal de televisión de Disney y, más recientemente, el streaming. El cine era la única manera en que los niños tenían acceso, con la ventaja de que implicaba el pago de un boleto. Y compra de dulces y recuerdos, claro está.
Cenicienta es uno de los cuentos más representativos de Disney Pictures y se han producido dos secuelas animadas hechas para video, así como una versión en 2015 con actores reales, la dirección del connotado Kenneth Brannagh con las actuaciones de Lily James y Cate Blanchett. La versión de 1950 sigue siendo parte importante del repertorio de la compañía y una generadora de gratos recuerdos para niños y adultos.
