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Cine

X-Men: Toma 2.

La tercera producción fílmica de X-Men no tuvo tan mala recaudación en taquilla, más la crítica no fue benévola con ella. Sin embargo, los estudios –ahora difuntos- 20th Century Fox, sabían que tenía en los mutantes de Marvel Comics una enorme franquicia de potencial ilimitado. Es por ello que tras el tropiezo de X-Men: The Last Stand (del cual hablamos aquí ayer) y de Wolverine: Origins, se replantearon diversos puntos. Te dejo el link:

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También fue importante el hecho de que a varios actores se les terminaban sus contratos y renovarlos sería bastante oneroso; por una parte, resultaba más benéfico para la productora hacer nuevos castings con actores menos conocidos y, de paso, subsanar los errores.

Desde el estreno de la primera cinta de X-Men en el 2000, algunos de los actores se fueron haciendo cada vez más famosos y cotizados. Por ejemplo, Halle Berry (Storm) había ganado un premio Oscar por Monsterball, Ian McKellen (Magneto) era reconocido mundialmente como Gandalf, Hugh Jackman  (Wolverine) era el actor del momento y Patrick Stewart (Charles Xavier) había sido nombrado caballero.

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Los ejecutivos de la Fox también habían coqueteado con la noción de representar a una generación más joven de X-Men, más no podían utilizar a la primera camada de héroes en los comics (Xavier, Cyclops, Jean, Iceman, Beast y Angel) pues en cine se habían establecido de una manera muy distinta. Debían mantener la continuidad y subsanar sus errores, por lo que decidieron trabajar en precuelas.

Fue la continuidad lo que eventualmente haría aún más confusa la línea temporal de X-Men y trató de ser remendada en Days of Future Past (Días del futuro pasado), pero de cualquier forma hubo contradicciones.

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En 2006, Marvel había lanzado un comic que llevaba por título First Class y en la que, de manera retroactiva, se presentaban historias con los primeros X cuando eran jóvenes, expandiendo la historia de los comics de los años ‘60s. La producción de Fox deseaba hacer algo similar con la primera generación de X-Men.

Se planteó el plan de generar precuelas para personajes como Wolverine, Charles Xavier y Magneto. Wolverine: Origins, tuvo mal recibimiento y los proyectos se cancelaron. La versión del filme de Magneto fue modificado radicalmente y replanteado como una nueva película de X-Men.

En un arriesgado movimiento, se prescindió de tres de los actores principales: Jackman, Stewart y McKellen. Histriones más jóvenes fueron seleccionados para interpretar a Charles Xavier y Magneto: James McAvoy y Michael Fassbender, respectivamente. Ambos recibieron buenas críticas por su trabajo.

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Además, se integraron nuevos actores como personajes de nuevo ingreso o algunos ya conocidos: Rose Byrne (Moira MacTaggert), Jennifer Lawrence (Mystique), Nicholas Hoult (Beast), Lucas Till (Havok), Kevin Bacon (Sebastian Shaw), January Jones (Emma Frost), Caleb Landry Jones (Banshee) y Zoë Kravitz (Angel Salvadore), entre otros.

Para darle credibilidad y continuidad al proyecto, Wolverine (Hugh Jackman) hizo un cameo. El hecho de que Wolverine es un personaje longevo, le permitió a Fox mantener al actor australiano. Eventualmente su problema fue que Jackman envejecía más rápido que su personaje.

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En la silla del director no se encontraba Brian Singer (quien dirigió las primeras dos), sino Matthew Vaughn (que cuenta con varias buenas adaptaciones de comics, como Kick-Ass y Kingsman).

La película es un tanto más seria, con tintes humorísticos; se toca la juventud de Charles Xavier y Magneto, el momento en que se conocen y la fundación de X-Men. Hay alteraciones considerables, como la inclusión de Mystique como hermana adoptiva de Xavier (que no concuerda ni con los comics ni con las primeras versiones de las películas). First Class se aborda más como una historia de espías con base en la Guerra Fría de la década de los ‘60s y la famosa crisis de los misiles en Cuba de octubre de 1962.

El sentido histórico del filme ayuda para dar veracidad. Se muestran locaciones por todo el mundo (reales o recreadas) y se utilizan varios idiomas, mostrando un panorama histórico y global. El equilibrio entre lo ficticio y lo histórico no es fácil de lograr, más la producción lo consiguió. First Class es un filme en el estilo del espionaje y superhéroes.

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El score musical y la edición son otros bien logrados elementos que abonan a la buena realización de la producción.

Por el contrario, se dice que desaprovecharon a un actor como Kevin Bacon en el papel de un personaje que se parece poco al enemigo del comic, Sebastian Shaw, líder del Hellfire Club. Similares son los casos de White Queen (January Jones), Banshee (uno de los X-Men clásicos, a cargo de Caleb Landry Jones) y Havok (Lucas Till), quien es hermano de Cyclops e integrante de X-Men casi desde el inicio del comic.

X-Men es una de las franquicias más importantes tanto en comics como en cine y aunque la visión de Fox ha terminado, siguen cautivando a nuevos espectadores por lo que no se deja de habla de su inminente inclusión al Universo Cinematográfico de Marvel.

X-Men: First Class cumple 10 años de su estreno, el 3 de junio de 2011 en Estados Unidos, España y varios países de Latinoamérica.

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Iñigo Pérez

25 años en medios de comunicación, seguidor del comic (desde antes de que fueran "cool"), de la música, del cine y de las series. El arte se expresa de muchas formas... solo tienes que plasmar el tuyo.

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