Se dice que, “el que no arriesga, no gana” y se afirma pensando que siempre se habrá de ganar, más no siempre es así. Cuando Wonder Woman pierde sus poderes, fue un periodo polémico para DC.
No todos los experimentos funcionan y cuando se es osado puede haber algunas fallas. Sin embargo, viendo en retrospectiva, no es tan malo lo que sucedió con nuestra amazona favorita a finales de los ‘60s.
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DC Comics quería que el comic de Wonder Woman fuera actualizado para una nueva generación de lectores. Para ello, solicitó la ayuda de Denny O’Neil, uno de los más grandes escritores y editores de comics, además del gran dibujante y también escritor, Mike Sekowsky.
Muchas revistas reflejaban los radicales cambios en la forma de pensar de la juventud estadounidense que por primera vez se manifestaba colectivamente en contra de la guerra y de ser enviados a morir lejos de su país. La música, las artes y la moda lo explayaron. En algunos comic podemos encontrar escenas de protestas. Simultáneamente iniciaba una importante apertura sexual y de lucha por los derechos de la mujer y de los afroamericanos.
Cuando una revista se apega demasiado a los cambios de su tiempo, es natural que más tarde se vea pasada de moda.
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O’Neil y Sekowsky comenzaron su temporada en Wonder Woman #178, publicado el 2 de julio de 1968. Desde la portada, se anuncia un importante cambio para Diana Prince, quien adopta indumentaria más a la moda. Sin embargo, un cambio más relevante se dio con la siguiente edición.
Wonder Woman #179, del 3 de septiembre de 1968 (la revista era bimestral), inicia con el coronel Steve Trevor, quien recibe órdenes de un general para emprender una misión encubierta, la cual requiere que Trevor sea visto como un espía y traidor. Trevor ataca al general y se da a la fuga, iniciando así, su encomienda.
Diana se entera de que Steve es buscado por traición y decide ayudarlo sin conocer el trasfondo real. En eso, la amazona es requerida por su madre, la reina Hippolyta, para que regrese a Paradise Island.
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En su hogar, su madre le dice que todas las amazonas deben viajar a otra dimensión, pues su tiempo en la Tierra ha terminado y su magia está desapareciendo. Hippolyta le pregunta a Diana qué es lo que hará, a lo que su hija le responde que permanecer en el planeta, por lo que debe renunciar a sus poderes.
Diana abandona sus cualidades sobrehumanas, se despide de su familia y regresa a Estados Unidos.
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La examazona conoce a un experto de artes marciales, ciego y de origen chino, el señor I Ching, quien le enseña a pelear como humano. Diana adopta un traje completo para retomar su lucha y operar como un agente. Inicia así la era de “la nueva” Wonder Woman.
Esta idea también intentaba capitalizar en la fama de programas como la producción inglesa, The Avengers, con Emma Peel y Mr. Steed.
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En la revista, O’Neil y Sekoswky buscaban llevar a Diana a un nuevo nivel de desarrollo. No obstante, los cambios no fueron tan bien recibidos por los lectores, que extrañaban la imagen clásica de la heroína.
La editorial también fue criticada por algunas organizaciones feministas que rechazaron que Wonder Woman fuera humana y menos, que un hombre la entrenara para pelear.
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Leyendo estos capítulos en la actualidad, si bien veremos cantidades importantes de modismos y actitudes propias de la época, también podemos apreciar que las historias son creadas para proyectar a Diana con una buena imagen.
Una de las vestimentas más representativas de este periodo, es la de Prince en un traje completo de color blanco.
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Los cambios duraron cuatro años. Fue en Wonder Woman #204, escrito por Robert Kanigher, con arte de Don Heck y tintas de Dick Giordano, cuando Diana recupera su identidad, sus poderes y su imagen tradicional de Wonder Woman, pese a que la heroína en ningún momento había perdido lo “maravilloso”.
Sin duda, una época interesante fue el periodo de Diana como humano “espía”. Se cumplen 55 años de su inicio, en Wonder Woman #179.
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Los cambios han sido algo cotidiano para este querido personaje, por lo que te ofrezco una nota con el aniversario cinco de la película:
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El final de una buena etapa en su comics.
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El primer gran cambio al origen de Wonder Woman:
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El número 100 de aniversario:
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Y el del New 52, con el escritor Brian Azarello y el artista Cliff Chiang:
