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El gran cocinero inventor, Alexis Benoît Soyer

Muchos de los grandes cocineros de hace 200 años, se destacaron por sus grandes logros en la cocina, desde preparaciones de platillos emblemáticos, hasta grandes publicaciones que engrandecieron la gastronomía. Sin embargo hubo un chef que no solo tenía lo anterior sino que también desarrollo varios inventos que hicieron más fácil la operación de una cocina de la época. Hoy les presento un poco de la vida del chef Alexis Benoît (Benua, para la traducción en español).

Alexis Benoît Soyer nació en Meaux, Francia un 4 de febrero de 1809. Miembro de una familia que fue cayendo en la desgracia económica poco a poco. Su padre, siendo dueño de un pequeño restaurante, quebró y tuvo que mudar a toda la familia a la zona más pobre de Paris. Poco después murieron tres de sus seis hijos a muy corta edad, quedándose solo con tres, Philippe, Louis y Alexis.

Su mamá, pensando en un buen futuro para su hijo Alexis, lo mete al seminario a los 12 años pero como buen niño travieso, hizo una broma infantil a uno de los profesores y esto le costó la expulsión del colegio.

Tras la salida del seminario en 1821, llegó a trabajar en el restaurante “Thiverval-Grignon”, cerca de Versalles, donde trabajaba su hermano Philippe. Tras 5 años de labores y aprendizaje se fue a trabajar al restaurante “Boulevard des Italiens” llegando a ser jefe de cocina.

En 1830 se trasladó a las cocinas del Príncipe de Polignac, ministro de asuntos exteriores del rey Carlos X, un rey que tuvo la ocurrencia de firmar un decreto donde prohibía la libertad de prensa y además anularía muchas de las libertades civiles. Obviamente las protestas empezaron inmediatamente, cosa que al chef Alexis apoyo siempre, al no estar de acuerdo con dichas restricciones. Un día como cualquiera en su trabajo, Alexis estaba preparando un gran banquete cuando los insurgentes se metieron hasta la cocina, matando a dos de sus cocineros, ante esta situación, el chef Alexis comenzó a cantar “La Marsellesa” (Himno nacional francés) acto que fue aclamado por los insurgentes, por lo que tomaron a Alexis y lo sacaron en hombros de la cocina y fue paseado por la calle.

Sobra decir que el príncipe de Polignac fue detenido en Agosto de 1830 por los insurgentes, Carlos X destituido y el chef Alexis temiendo por su vida (ya que había trabajado para la nobleza), se fue a Inglaterra con su hermano Philippe que para esa fecha ya era el cocinero del duque de Cambridge, el hijo menor del Rey Jorge III de Gran Bretaña.

El chef Alexis trabajó para varias personalidades de la realeza británica hasta 1837, año donde fue contratado para dirigir la cocina del recién estrenado “Reform Club” de Londres. Una de las ventajas que tuvo el chef Alexis de trabajar allí fue que, como era un edificio de construcción reciente pudo ir haciendo ciertas mejoras a la cocina, como por ejemplo situar la cocina en la planta baja o como establecer una gran mesa fija en el centro de la cocina. 

Y no solo eso, introdujo el gas como combustible para cocinar, el  asador rotatorio con vapor incluido, muebles enfriadores de agua helada y hornos con temperaturas ajustables al deseo del cocinero, todos inventos de él. Era tal el éxito de su forma de trabajo que se organizaban visitas guiadas por cocineros de todo el mundo para visitar la moderna y práctica cocina del Chef Soyer.

En 1837, Alexis encontraría el amor de la mano de Elizabeth Emma Jones, una artista muy reconocida de la época, que había sido su secretaria. Al poco tiempo murió junto a su hijo por complicaciones en el parto. Tras la muerte de Elizabeth, el chef Alexis abrió una galería de arte llamada “Galería Filantrópica Soyer”  donde se mostraba la obra de su esposa y con el dinero recaudado fundo muchos comedores sociales en Londres.

Poco tiempo después, el Chef Soyer se enteraría de un hijo que no conocía,  fruto de una relación con una novia parisina de nombre Adele Lamain, este niño llevaba por nombre Jean Alexis Lamain, que al ser aceptado como hijo legitimo por Soyer cambio su nombre por el de Nicholas Soyer, quien también fue un chef muy respetado y conocido en Inglaterra, del cual hablaremos después.

En ese tiempo se estaba desarrollando una hambruna muy peligrosa en Irlanda en 1846, por lo que el Chef Soyer decidió escribir cartas a las autoridades competentes para que pudiera organizar comedores sociales para ayudar a la gente, pidió una licencia en el “Reform Club”, y es así como se fue a Irlanda y organizó la ayuda para más de ocho mil personas. A la par de su trabajo filantrópico editó su primer libro Soyer’s Charitable Cookery”, siendo todo un éxito que en apenas cuatro meses había vendido más 250.000 ejemplares.

Poco tiempo después regresó al “Reform club” y dedicó parte de su energía al desarrollo de muchos aparatos de cocina tales como la “Estufa Soyer de Campo” la cual permitía cocinar en cualquier lugar y con el clima más adverso o como la “magic stove” una estufa adaptable a todos los hogares.

En 1850 presentó su renuncia en el “Reform club” por no estar de acuerdo a que aceptaran clientes no socios del club, después de su renuncia fue sustituido por el chef Charles Elme Francatelli.

Con el renombre que tenía el chef, tomó la decisión de monetizar su fama prestando su nombre a una línea de alimentos y productos envasados. Al mismo tiempo abrió un restaurante francés en Kensington, en el espacio que hoy en día ocupa el “Royal Albert Hall”. El chef quiso hacer algo tan especial y específico que fue un rotundo fracaso, perdiendo gran cantidad de dinero. Fue en este restaurante donde se sirvieron cócteles por primera vez en la historia.

Tras este tropiezo económico, el chef tuvo que promocionar sus libros e inventos, asesorar en el montaje de nuevas cocinas, así como la organización de grandes banquetes con la simple condición de que todas las sobras se repartieran entre los pobres.

Preocupado por los informes que llegaban sobre la guerra de Crimea y la pésima nutrición de los soldados, se ofreció para trasladarse gratuitamente y asesorar a los cocineros del ejército. Ayudado por la duquesa de Sutherland, obtuvo permiso para viajar y para modificar lo que hiciera falta, también colaboró con Florence Nightingale en la planificación de las dietas para los hospitales en Balaklava, una ciudad en Crimea.  Allí se enfermó de una severa fiebre y jamás pudo recuperar su salud al 100%.

Volvió a Londres continuando con su labor en el ejército, supervisó el montaje de la cocina del cuartel de Wellington, pero el deterioro en su salud fue tal, que el Chef Alexis Soyer murió en 1858 a los 49 años, todos sus bienes fueron embargados y destruidos, incluidas muchas de sus notas. En 1859 fueron publicadas sus memorias, escritas por sus ayudantes.

Su obra

1846.-  The gastronomic regenerator (el regenerador gastronómico)

1847.- Soyer’s Charitable Cookery (Cocina Caritativa de Soyer)

1850.- The Modern housewife or menagerie (El ama de casa moderna)

1853.- The Pantropheon or a history of food and its preparation in ancient times  (El Pantropheon o una historia de los alimentos y su preparación en la antigüedad)

1854.- A Shilling Cookery Book for the People (la cocina de un chelín para el pueblo)

1857.- Culinary Campaign (Campaña culinaria)

1859.- Las instrucciones para Hospitales Militares (publicado póstumamente)

Y es así querido lector, como termina otro lunes de grandes chef.

Hasta la próxima.

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Chrystian E. Lardizábal García

Chef ejecutivo y director de operaciones de Lösung Haus. Profesor de la Universidad Internacional de Querétaro. Asesor y consultor culinario.

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